Publicado originalmente en Milenio, con la participación de Andrea Trujillo, investigadora del Centro de Comercio Detallista de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
Datos del Parlamento Europeo indican que el sector textil es la tercera fuente de degradación del agua y del uso del suelo. En su informe señala que, para elaborar una sola camiseta de algodón, se necesitan dos mil 700 litros de agua, cantidad que una persona bebe en dos años y medio.
Además, menciona que producción textil, a través de los tintes y los productos de acabado, es responsable de aproximadamente el 20 por ciento de la contaminación mundial de agua potable.
Por esto no fuera suficiente, advierte que solo el uno por ciento de la ropa se recicla, debido al auge de la moda rápida, que ha sido crucial en el aumento del consumo, impulsado también en parte por las redes sociales y la industria, que fomenta las tendencias de la moda lleguen a más consumidores y a un ritmo más rápido que en el pasado.
Ante esta situación, el Centro de Comercio Detallista de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, analiza modelos de negocio viables y sostenibles, así como las percepciones y comportamientos de los consumidores, para entender mejor sus necesidades y expectativas.
De esta manera, “proporcionamos información valiosa y actualizada que pueda impulsar la adopción de prácticas más sostenibles y eficientes en el ámbito de la moda”, señala Andrea Trujillo, investigadora de este centro, en entrevista con MILENIO.
Considera que la moda sustentable refleja los esfuerzos que se están haciendo en la industria de la producción y consumo de ropa para tener menos impacto en el medio ambiente. Este concepto “surge como respuesta de los consumidores y las empresas ante la preocupación por la contaminación que genera la industria de la moda rápida”.
Agrega que la moda sustentable tiene varias formas de ejecutarse: “algunas empresas lo hacen desde la producción, al incorporar en sus prendas materiales orgánicos, biodegradables o de re-uso; así como la incorporación de procesos o tecnologías que hagan más eficiente el uso de los recursos. Además de la producción, también hay estrategias relacionadas con el modelo de negocio, ya que el consumidor ahora también es más consiente del cuidado del ambiente, así que está dispuesto a rentar prendas o a comprar ropa de segunda mano”.
¿Cuál es la importancia de integrarse a la moda sustentable?
Para las empresas de moda hay dos beneficios al sumarse a la ola de la moda sustentable: por un lado, está el cuidado del ambiente, que ha sufrido un deterioro serio en las últimas décadas y es momento de tomar acciones que se reflejen desde el corto plazo. Y el otro beneficio está en la mejora de la reputación e imagen de las marcas. Una de las tendencias más fuertes de los consumidores es su interés y preferencia por las compañías sustentables, que no solo llevan a cabo acciones de cuidado del entorno, sino que las comunican adecuadamente.
¿Qué se está haciendo para impulsar la moda sustentable?
Creo que hay dos razones para principales que están moviendo a las empresas de la moda a ser más sustentables, por un lado, las regulaciones y por otro el cambio de mindset de un grupo de consumidores, para los que cobra sentido tener menos prendas en su guardarropa porque adquieren solo prendas de moda atemporal; también están aquellos que prefieren comprar prendas usadas o incluso rentar prendas para ocasiones especiales. Las empresas están teniendo que adaptarse a esas formas de pensar y comportarse.
Entiendo que se podría impulsar la moda sustentable a través del reciclaje de ropa, ¿cómo se recopila y cómo se comercializaría? Y como complemento, ¿cómo se podría impulsar el emprendimiento?
Para el reciclaje de ropa, la recopilación de prendas se da generalmente en las mismas empresas que la venden, es decir, reciben prendas de sus mismos clientes, incentivando muchas veces a que los mismos consumidores las lleven “de regreso” a cambio de una bonificación para una nueva compra. Esa recolección es el principio de una economía circular, donde esas prendas viejas se utilizan como materia prima de nuevas.
Para el caso de las prendas de segunda mano (que no se reciclan, sino que se reutilizan), las ventas se pueden llevar directo de consumidor a consumidor en bazares, ventas de garaje o en algunos locales especializados, o bien, a través de algunas plataformas que sirven para conectar a los vendedores con los potenciales compradores.
¿Cómo se integra su labor con el trabajo que realizan las marcas para impulsar la sustentabilidad?
En el Tec de Monterrey, específicamente en el Centro de Comercio Detallista de la Escuela de Negocios, nos dedicamos a realizar investigaciones exhaustivas tanto con consumidores como con comercios del sector, con el objetivo de mantenernos actualizados sobre las tendencias y desarrollos más recientes. En lo que respecta a la moda sustentable, analizamos modelos de negocio viables y sostenibles, así como las percepciones y comportamientos de los consumidores, para entender mejor sus necesidades y expectativas. Además, evaluamos las innovaciones en materiales ecológicos y prácticas de producción responsables, asegurándonos de que nuestros estudios reflejen los avances más significativos en la industria. De esta manera, proporcionamos información valiosa y actualizada que pueda impulsar la adopción de prácticas más sostenibles y eficientes en el ámbito de la moda.